La himenoplastia es un procedimiento quirúrgico muy sencillo que permite reconstruir el himen, es decir, la membrana que recubre la entrada a la vagina y que, tradicionalmente, se considera el símbolo de la virginidad. En algunas culturas, además, sigue estando muy mal visto haber mantenido relaciones sexuales antes del matrimonio y, por tanto, carecer de himen. Son precisamente las mujeres pertenecientes a estos colectivos con gran presión social, cultural y familiar las que más demandan esta técnica en la actualidad.
¿Cómo se hace una himenoplastia?
Es preciso saber que puede haber mujeres que han nacido sin el himen o a las que se les haya roto por la práctica de ciertos deportes o tras el uso continuado de productos de higiene menstrual, como los tampones.
Tras valorar cada caso particular, la intervención para la reconstrucción del himen es muy sencilla. Sí que se requiere un preoperatorio donde es necesaria una visita al anestesista, ya que se emplea anestesia local, y seguir las instrucciones del médico: no tomar antiagregantes plaquetarios, antiinflamatorios y anticoagulantes la semana previa a la intervención; suspender la toma de anticonceptivos orales el mes anterior y realizarse una ducha con antiséptico el mismo día de la operación.
La himenoplastia apenas dura una hora y se puede realizar a partir de distintas técnicas. Por un lado, se pueden hacer puntos de sutura finos que unan los restos de himen original que quedan (si los hay). Por otro lado, si no quedan bordes irregulares de la membrana anterior, se pueden usar colgajos de la mucosa vaginal para crear un himen nuevo. En ocasiones, también se introducen unas cápsulas que dotan a la zona de la vascularización natural.
¿Cada cuánto se puede hacer una himenoplastia?
La intervención es sencilla y el posoperatorio, también. Tan solo se recomendará reposo durante las 24 o 48 horas posteriores; lavarse con un jabón íntimo adecuado y no practicar deportes ni relaciones sexuales con penetración hasta transcurridas varias semanas. No obstante, todo depende de la valoración personal de cada paciente y de las indicaciones del médico.
Los puntos de sutura son reabsorbibles, por lo que se caerán solos. Y, una vez recuperada por completo, la mujer puede hacer vida normal y, por supuesto, mantener unas relaciones íntimas en las que ese himen se romperá como si fuera la primera vez.
La intervención puede repetirse transcurrido un tiempo prudencial, siempre que lo haya valorado previamente un médico y haya evaluado el estado de salud general de la paciente, así como de su mucosa vaginal que, finalmente, es la gran implicada en esta operación.
En definitiva, la himenoplastia es una de las técnicas de cirugía íntima punteras en la actualidad y contribuye a solucionar algunos problemas con los que las pacientes pueden encontrarse en su entorno familiar y cultural. Asimismo, en ocasiones, es un método que ayuda a superar trances psicológicos, como una violación. Y, en las situaciones más atípicas, proporciona una herramienta a las mujeres que quieren ofrecerse a su nueva pareja como una mujer pura y virgen.
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